sábado, 19 de marzo de 2011

Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
...

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.

2 comentarios:

julia rubiera dijo...

esta asturiana te da infinitas gracias por regalarnos tan bellas y profundas letras, un besin

Julia Hernández dijo...

A pesar de todo, pensar todo lo que se piensa y plasmarlo en el papel y tirarlo al mundo, es una liberación
un enfrentar el miedo, la furia, el amor. Lindo te ha quedado. Un fuerte abrazo.